El crédito en el segmento cayó de $ 900 millones a $ 300 millones en este año. Como contrapartida, las entidades oficiales incrementaron su colocación en un 50%
El exhaustivo control que hizo la ANSeS a lo largo de este
año para ponerle un límite a las tasas de interés en los préstamos a jubilados
tuvo ya, al menos por ahora, efectos drásticos sobre el sector: tras las
obligación que impuso Cristina de prestar con un costo financiero menor al 35%
(a dos años), el crédito volcado sobre el segmento se redujo a un tercio y la
mitad del stock quedó en manos de entidades oficiales.
Los datos, que surgen de un informe revelado por la ANSeS a El Cronista, muestran el resultado de la injerencia del Gobierno sobre los negocios del sector. Y que los préstamos otorgados a jubilados por mutuales y cooperativas privadas, que habían rozado a lo largo de todo 2011 los $ 800 millones, quedaron recortados a apenas $ 155 millones producto de la vigilancia del organismo. Como contrapartida, las entidades oficiales incrementaron su colocación en un 50%: de poco menos de $ 100 millones a los $ 150 millones.
El efecto respondió a un estricto control de tasas de interés que el organismo fue llevando adelante en estos meses: la dirección general de control prestacional rechazó 6.500 préstamos de las mutuales y cooperativas, por más de $ 22 millones, desde que se empezó a aplicar la resolución dictada por Cristina, en diciembre pasado. En caso de corresponder, se aplican sanciones de acuerdo a la gravedad de la acción: desde apercibimiento y saciones pecuniarias, hasta revocación del convenio, advirte el informe del organismo.
Ayer, El Cronista informó que en estos últimos meses la ANSeS había decidido recortar al máximo los fondos que destinaba con este fin a las pocas entidades sobrevivientes en el sector, tras haber detectado que, por cada nueva línea otorgada, muchas de las mutuales terminaban por cobrar a la mayoría de los jubilados una cuota adicional por la prestación de servicios (además de la cuota social). Hace dos semanas que no damos un sólo crédito. Veníamos colocando alrededor de 30 líneas por día para los jubilados, pero la ANSeS dejó de mandarnos la plata. No es algo que estemos sufriendo sólo nosotros; casi todas están así, comentaron en una mutual.
Con todo, en el relevamiento de la Anses se registra una evolución creciente en la cantidad de colocaciones mensuales: en febrero pasado, tras la decisión oficial, el stock fue inexistente, pero desde entonces avanzó paulatinamente hasta ubicarse por encima de los $ 300 millones.
En el organismo aclararon que, pese a esto, la tarjeta Argenta logró compensar buena parte del stock perdido: desde su lanzamiento en junio, la ANSeS entregó más de $ 900 millones a través de 150 mil tarjetas de compra a adultos mayores de todo el país. El monto de los préstamos que se otorgaron con estos plásticos se ubicó entre los $ 1000 y los $ 10.000.
Cristina había anunciado en diciembre que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSeS otorgará un 20% de sus recursos para otorgar créditos a los adultos mayores. Esto, de acuerdo a los $ 201.000 millones informados por el organismo oficial hasta octubre de 2011, supondrá volcar en algún momento unos $ 40.000 millones a los jubilados.
Los datos, que surgen de un informe revelado por la ANSeS a El Cronista, muestran el resultado de la injerencia del Gobierno sobre los negocios del sector. Y que los préstamos otorgados a jubilados por mutuales y cooperativas privadas, que habían rozado a lo largo de todo 2011 los $ 800 millones, quedaron recortados a apenas $ 155 millones producto de la vigilancia del organismo. Como contrapartida, las entidades oficiales incrementaron su colocación en un 50%: de poco menos de $ 100 millones a los $ 150 millones.
El efecto respondió a un estricto control de tasas de interés que el organismo fue llevando adelante en estos meses: la dirección general de control prestacional rechazó 6.500 préstamos de las mutuales y cooperativas, por más de $ 22 millones, desde que se empezó a aplicar la resolución dictada por Cristina, en diciembre pasado. En caso de corresponder, se aplican sanciones de acuerdo a la gravedad de la acción: desde apercibimiento y saciones pecuniarias, hasta revocación del convenio, advirte el informe del organismo.
Ayer, El Cronista informó que en estos últimos meses la ANSeS había decidido recortar al máximo los fondos que destinaba con este fin a las pocas entidades sobrevivientes en el sector, tras haber detectado que, por cada nueva línea otorgada, muchas de las mutuales terminaban por cobrar a la mayoría de los jubilados una cuota adicional por la prestación de servicios (además de la cuota social). Hace dos semanas que no damos un sólo crédito. Veníamos colocando alrededor de 30 líneas por día para los jubilados, pero la ANSeS dejó de mandarnos la plata. No es algo que estemos sufriendo sólo nosotros; casi todas están así, comentaron en una mutual.
Con todo, en el relevamiento de la Anses se registra una evolución creciente en la cantidad de colocaciones mensuales: en febrero pasado, tras la decisión oficial, el stock fue inexistente, pero desde entonces avanzó paulatinamente hasta ubicarse por encima de los $ 300 millones.
En el organismo aclararon que, pese a esto, la tarjeta Argenta logró compensar buena parte del stock perdido: desde su lanzamiento en junio, la ANSeS entregó más de $ 900 millones a través de 150 mil tarjetas de compra a adultos mayores de todo el país. El monto de los préstamos que se otorgaron con estos plásticos se ubicó entre los $ 1000 y los $ 10.000.
Cristina había anunciado en diciembre que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSeS otorgará un 20% de sus recursos para otorgar créditos a los adultos mayores. Esto, de acuerdo a los $ 201.000 millones informados por el organismo oficial hasta octubre de 2011, supondrá volcar en algún momento unos $ 40.000 millones a los jubilados.
Ignacio Olivera Doll
Nota hoy en El Cronista
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