Se lo ve, desde que se instaló el cepo cambiario, como el precio más consistente que tiene el dólar libre en la Argentina. O, también, como la dirección que tarde o temprano tomará el valor de la divisa más allá de la volatilidad que muestre en las cuevas de la City. El llamado "contado con liquidación" (o dólar Bolsa), el tipo de cambio que queda implícito en el arbitraje que hace el mercado con activos en dólares, termina por hacer caer siempre, por su propio peso, el precio del billete marginal. Y es, por la misma razón, el objetivo que miran en primer lugar los organismos oficiales cada vez que pretenden detener una estampida de los ahorristas en el mercado cambiario informal.
El Banco Central entró en pánico el último miércoles cuando el billete marginal empezó a acercarse hacia los $ 10, un límite psicológico que quieren evitar antes de las elecciones de octubre próximo. En las mismas horas en que el billete se había llegado a disparar en las cuevas cerca de 40 centavos, la cotización del "contado con liquidación" le dio soporte a esa suba con un avance de otros 20 centavos, desde los $ 8,50 hasta los $ 8,90. Fue entonces cuando, según los propios operadores de la plaza, se empezó a percibir en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) y en la Bolsa una amplia oferta de bonos en dólares contra pesos que alcanzó para quebrar el precio y hacerlo descender: de $ 8,90 a $ 8,76.
Hubo una mano oficial que, para algunos, no estuvo representada esta vez por la ANSES sino por el organismo de Marcó del Pont. Y que poco tuvo que ver con el aparente castigo a las cuevas de la City que el propio Guillermo Moreno se encargó de difundir ayer a la tarde a algunos medios. Dos partes de una misma realidad que pretendieron calmar ayer la amenaza del "blue".
No es la primera vez que el "contado con liquidación" actúa como referencia para el mercado marginal. Su precio surge de negocios que concentran un volumen diez veces mayor que el que hacen diariamente las cuevas, y por eso es considerado más representativo por los operadores. Banqueros y agentes de Bolsa reconocen que una brecha demasiado grande entre ambos valores, como la que se vio en mayo pasado cuando el "blue" tocó un récord de $ 10, y como la que se percibió ayer mismo, cuando también se acercó a esa cifra, fuerza inevitablemente un arbitraje de los inversores y un retroceso del billete marginal desde sus máximos hacia el valor del contado con liquidación. Era el destino irreversible que le pronosticaban al "blue" en estos días: la explosión de una burbuja exagerada que había creado el propio mercado frente a un contado con liquidación que se había quedado, más calmo, en los $ 8,50. Había sucedido lo mismo en esa semana de mayo, cuando el billete marginal tocó un récord de $ 10,50 al que jamás regresó.
En una cueva financiera advirtieron a este diario que el mercado cerró ayer "vendedor". Y que esto debería anticipar para hoy un arranque bastante más calmo en la divisa. Son subas y bajas que sorprenden cada vez menos; y que atribuyen a ciclos que va trazando el dólar en las cuevas sobre una tendencia de largo plazo que está reflejada, desde siempre, por el dólar Bolsa.
Ignacio Olivera Doll
Nota en Ámbito Financiero
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